Alimentación en la Artritis Reumatoide
Una dieta equilibrada y saludable es importante para todos, no sólo para los que tienen que lidiar con una artritis reumatoide. Puede haber alguna relación entre tus síntomas y lo que comes.
Una relación clave entre la dieta y la artritis reumatoide es el peso.
Un peso excesivo, al aumentar la sobrecarga articular, puede influir sobre la rigidez, el dolor y la hinchazón de tus articulaciones. Por tanto, si tienes sobrepeso, es muy recomendable bajar esos kilos de más con una combinación de dieta saludable y ejercicios. ¿Cómo lo ves? ¿Podemos compaginar comer bien y agradable con dieta? ¿Qué te parece ponerse a cocinar y disfrutar a tope del momento presente?
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A pesar de lo mucho que se habla sobre cómo adelgazar, lo primero es planteárselo firmemente y después elegir una manera de reducir las calorías en la ingesta y de quemar calorías con más ejercicios -aquellos que estén a tu alcance y te diviertan-.Si tienes sobrepeso la primera cuestión es: ¿estás dispuesto a hacer algo para solucionarlo? Tomar la decisión te pertenece: tú eliges. Es aconsejable consultar a un especialista en dietética para que te ayude a conseguir tus objetivos. Por otro lado, teniendo en cuenta el concepto de economía articular tan importante en esta enfermedad, algo bueno para ti es organizarse; si te vas a preparar algo para comer es útil congelar raciones –así siempre tendrás algo saludable a mano, en vez de tener que hacerlo cada vez o pedir por teléfono una comida “normalmente hipercalórica” los días que estés demasiado cansado para cocinar.
Se ha observado que una dieta mediterránea, con abundantes frutas y verduras, pescado, aceite de oliva, cereales integrales, frutos secos y semillas, ayuda a reducir los síntomas de artritis reumatoide. También se sabe que este tipo de dieta disminuye el riesgo de enfermedades del corazón.
Intenta tomar verduras y frutas cada día. Aumenta el cupo sin ningún problema, añadiendo algunas alubias o lentejas en las sopas y guisos; bebe un vaso de zumo de frutas y, si te gusta, añade fruta a los cereales.
Se ha observado que los aceites omega 3 que se encuentran en pescados como el salmón, la caballa y las sardinas son útiles para reducir la inflamación.
Para una comida sencilla, ¿por qué no preparas un filete de salmón rociado con un poco de aceite de oliva y un puñado de hierbas aromáticas secas, como el eneldo y lo sirves con una ensalada verde con cebolletas y apio? ¿No te gusta el pescado azul? Habla con tu médico acerca de tomar suplementos de aceite de pescado.
¿Y si no puedo cumplir mis objetivos?
Claves para abordar problemas.
- Primero, reconocer que tienes un problema y cuál es tu disposición a abordarlo.
- Segundo, identificar de un modo específico cuál es el problema. Por ejemplo, puede ser difícil comer sano un día que comes fuera de casa con unos amigos.
- Entonces, busca posibles soluciones: ajustar el menú lo más posible a tu dieta, disminuir las cantidades o ser más estricto en la comida siguiente.
- Escoge la mejor solución para ti y disfruta sin culpabilizarte. Este simple proceso puede aplicarse a obstáculos grandes y pequeños.
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