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La artritis reumatoide, una enfermedad "invisible"

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica que puede llegar a ser grave y ocasionar grandes limitaciones en la vida de los pacientes. Tiene una prevalencia en España cercana al 1% y afecta a cerca de 400.000 personas1. Las mujeres son tres veces más propensas que los hombres a desarrollar la AR, una enfermedad que, aparte de los síntomas físicos, presenta un gran impacto en la persona y su entorno, la sociedad y los sistemas sociosanitarios1.

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Contrariamente a lo que se piensa, la AR no es una enfermedad asociada a personas mayores. Puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente entre los 40 y 60 años, por lo que es conveniente vigilar los síntomas de cara a realizar un diagnóstico precoz.

Precisamente entre los síntomas de la AR que más impactan en la vida de los pacientes, según la encuesta AR 2020 elaborada por la Coordinadora Nacional de Artritis, ConArtritis,1 el dolor se sitúa en el primer puesto de la lista, destacado por el 41,9% de los encuestados, seguido de la inflamación (19,1%) y la fatiga (18,6%). Esto hace que más del 40% de las personas con AR necesite ayuda para realizar actividades del día a día tan básicas, como levantar peso, vestirse solo, lavarse el pelo o subir una escalera.

Durante el día, el dolor, la fatiga, la depresión o el afrontamiento de la enfermedad son muy relevantes para estas personas, mientras que, por la noche, el dolor, los problemas con el sueño o la insatisfacción sexual son más importantes. Además, el 60% debe renunciar a actividades de su vida laboral.

Pero más allá de los síntomas físicos que provoca, la AR tiene un impacto significativo, tanto psicológico como social, en la calidad de vida del paciente y su familia. A menudo síntomas como el dolor o el cansancio pueden pasar desapercibidos y ser infravalorados por el entorno del paciente. Precisamente la incomprensión y la falta de empatía son sentimientos comunes en muchos de ellos, quienes no suelen hablar de su enfermedad por miedo a no ser comprendidos.

El hecho de no poder participar en actividades sociales a causa de la AR puede estar asociado con las alteraciones en el estado psicológico y emocional de los pacientes.

El impacto de la artritis reumatoide en la vida de quien la tiene sigue siendo muy alto y esto afecta a la percepción que estas personas tienen de su futuro, por el que muestran una gran preocupación según los datos de la encuesta de ConArtritis. De hecho, un 56% de los encuestados presenta un nivel de preocupación por su futuro mayor de 8 (escala 0-10).

Pese a los avances realizados, aún quedan necesidades no cubiertas por las que hay que seguir trabajando para mejorar la vida de los pacientes como el dolor, la falta de sueño o la fatiga.

Dado que la AR es una enfermedad crónica que no tiene cura, el principal objetivo para los pacientes es conseguir la remisión es decir, que puedan vivir como antes de tener la enfermedad, controlar los principales síntomas, y en definitiva, poder llevar una vida normal.

Para saber más sobre sobre la encuesta de ConArtritis haz clic aquí.

 

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Bibliografía:

1 - Sivera F, et al. Estado, control, impacto y gestión de síntomas actual de la artritis reumatoide en el paciente: encuesta nacional AR 2020. Reumatol Clin. 2020;16:1-34