Mantener el equilibrio emocional

A medida que la enfermedad progresa, la carga de trabajo extra puede pasar factura. El cuidado de otra persona, junto con tener menos tiempo para ti puede afectar a tu estado de ánimo y emociones, y conducir a estrés y ansiedad. Ser capaz de manejar estas emociones, muy comunes en las personas cuidadoras, es importante para tu bienestar y felicidad. Además, también puede llegar a afectar a la forma en la que cuidas de tu ser querido.

Si en cualquier momento te resulta difícil hacer frente a la situación, hay ayuda disponible.

A menudo, la gente que te rodea no se da cuenta de que necesitas ayuda hasta que la pides, o no están seguros del tipo de ayuda que requieres. Asegúrate de que sepan qué es lo que haces por tu ser querido para que puedan ofrecer un apoyo adecuado a tus necesidades.

Puedes encontrar ayuda: 

• Hablando con un miembro del equipo de atención médica o una asociación acerca de los servicios de apoyo locales.
• Habla con familiares y amigos. Exteriorizar sentimientos ayuda a despejar la mente y ver las cosas con perspectiva. También puedes pedirles que se hagan cargo de tus obligaciones de cuidador en alguna ocasión para que puedas disfrutar de tiempo libre.
• Muchas personas cuidan de sus seres queridos, ¿por qué no estar en contacto con alguno de ellos? En las asociaciones de pacientes hay muchas personas que han atravesado situaciones parecidas y que pueden comprender los momentos que puedas estar atravesando. 
• Busca ayuda de un psicólogo: la atención por parte de un profesional puede ayudarte mucho a entender lo que estás pasando.
• Plasmar tus pensamientos en papel puede sacarlos de tu cabeza y ayudar a despejar la mente.