Artritis Reumatoide
La AR es una enfermedad inmunomediada sistémica y compleja en la que el sistema inmune ataca erróneamente a las células sanas de las articulaciones, provocando una inflamación que produce engrosamiento del tejido de su interior que daña los huesos y el tejido conjuntivo asociado1.
¿Qué es la Artritis Reumatoide?
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, en la que se produce una inflamación de las articulaciones, que son las zonas del organismo donde se unen dos huesos, tales como los codos, los nudillos de las manos y las rodillas. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de síntomas como el dolor2, la inflamación3 y rigidez5 en las articulaciones, además de fatiga4 y alteraciones del sueño6. Según el tiempo de duración de los síntomas, hablaríamos de un tipo u otro de artritis. Si duran solo unos días o semanas, se trataría de artritis aguda, si dura meses o años, se hablaría de artritis crónica.
La artritis reumatoide (AR) es la forma de artritis crónica más frecuente, pudiendo afectar entre un 0,3% y 1% de la población mundial1. Ocurre en todas las partes del mundo, independientemente de factores como la raza o el clima1. En España, tiene una prevalencia cercana al 1% y afecta a cerca de 400.000 personas8. La padecen más las mujeres (en una proporción de tres mujeres por cada hombre), y el número de casos aumenta con la edad, siendo más frecuentes entre los cuarenta y sesenta años, y también más en el medio urbano que en el rural1.
¿Cuáles son sus síntomas?
Las manifestaciones principales de la enfermedad consisten en dolor e inflamación, es decir, hinchazón de las articulaciones. También es habitual la rigidez o el entumecimiento articular tras reposo prolongado, por ejemplo, al levantarse de la cama por la mañana. A consecuencia de estos síntomas se produce dificultad para moverse y para desarrollar las actividades de la vida cotidiana.
Las articulaciones que antes se ven afectadas suelen ser los nudillos de las manos, las muñecas y los pies (con frecuencia de forma simétrica). También pueden afectarse otras zonas como rodillas, codos, hombros, tobillos, etc. A veces también se ve afectada la columna vertebral, pero solo a nivel de las cervicales.
Por otro lado, la artritis reumatoide puede producir otros síntomas, además de los articulares muchos pacientes refieren cansancio, falta de apetito, pérdida de peso o incluso febrícula (sensación de fiebre leve). En ocasiones aparecen bultos o nódulos duros debajo de la piel en zonas próximas a las articulaciones, son los llamados nódulos reumatoides.
La artritis reumatoide no es una enfermedad exclusivamente articular, sino que con el paso del tiempo, y en determinadas personas puede afectar a órganos y sistemas como los pulmones, el corazón, los ojos o los vasos y los nervios.
¿Cómo se diagnostica?
La artritis reumatoide puede confundirse con otras enfermedades reumáticas como la artrosis, el lupus eritematoso, la artritis psoriásica, la gota, o algunas infecciones por virus. No existe una prueba diagnóstica única que nos indique la presencia o no de la enfermedad. El diagnóstico depende del estudio clínico minucioso del paciente por el reumatólogo.
Para el diagnóstico es fundamental analizar los síntomas del paciente y los datos de la exploración física con el fin de detectar la presencia de artritis y diferenciarla de otros procesos. Generalmente el reumatólogo solicita unos análisis de sangre y probablemente alguna radiografía. Sin embargo, es importante señalar que ni los análisis, ni las radiografías por sí solos van a indicar el diagnóstico definitivo. Éste va a depender de la valoración global y conjunta de todos los datos anteriores.
Hay otras pruebas analíticas que también ayudan en el diagnóstico de la artritis reumatoide como la detección de los anticuerpos antipéptido cíclico citrulinado (anti-PCC), la proteína C-reactiva (PCR) y la velocidad de sedimentación globular (VSG). De nuevo se habla de pruebas orientativas.
¿Cómo se trata la Artritis Reumatoide?
El tratamiento variará en cada paciente dependiendo de la intensidad y extensión de las articulaciones inflamadas y también de la presencia y gravedad de las manifestaciones en otros órganos, aparte de en las articulaciones9.
Los objetivos del tratamiento son los siguientes10:
- Alivio del dolor y las molestias.
- Conservación de la fuerza y la función articular.
- Prevención de la destrucción articular y las deformidades.
- Alivio de las complicaciones sistémicas.
- Mantenimiento de la función física.
El tratamiento de la artritis reumatoide se basa en la utilización de fármacos que tienen diferentes efectos sobre la enfermedad. De forma general se puede diferenciar entre los fármacos que controlan sólo los síntomas –tratamientos sintomáticos– y aquellos que tienen un efecto más profundo sobre los mecanismos de la enfermedad –fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME)-. Los corticoides son otro grupo importante de medicamentos que están a mitad de camino entre los tratamientos sintomáticos y los FAME, pues comparten características de unos y otros9.
Los tres tipos de medicamentos se combinan de diferentes maneras en función de la gravedad de la enfermedad y las características particulares de cada paciente9.
Será el reumatólogo en profesional encargado de establecer la pauta de tratamiento más adecuada en cada caso9.
Fármacos que no modifican el curso de la enfermedad:
Tratamientos sintomáticos: los constituyen los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Estos medicamentos se suelen utilizar para complementar el efecto de los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME), sobre todo en épocas en las que hay mayor dolor por reactivación de la enfermedad o cuando existen síntomas de forma mantenida. Su acción es rápida, pero su efecto desaparece unas horas después de su administración9.
Los corticoides: se emplean con frecuencia en la AR para la reducción rápida del dolor y la inflamación ya que tienen efectos antiinflamatorios e inmunosupresores. Se emplean en tratamientos puntuales cuando se agudizan los síntomas y como tratamiento local de articulaciones afectadas. Sin embargo, poseen importantes reacciones adversas10.
- Fármacos modificadores de la enfermedad (FAME)9: aunque los tratamientos sintomáticos y los corticoides juegan un papel importante en el manejo de la artritis reumatoide, la base fundamental de la terapia de la AR la constituyen los tratamientos modificadores de la enfermedad o FAME. Estos fármacos son capaces de actuar sobre las células y las moléculas que participan en la inmunidad y por tanto sobre los mecanismos que dan lugar a los diferentes síntomas de la artritis reumatoide cambiando el curso natural de la enfermedad. De forma general se pueden dividir los FAME en dos grandes grupos, tradicionales y biológicos:
- Los FAME sintéticos convencionales continúan siendo el principal tratamiento de la artritis reumatoide
- Los FAME biológicos constituyen un importante avance en el tratamiento de las artritis. Los fármacos biológicos son proteínas que por su complejidad necesitan ser producidos en laboratorios usando generalmente células de mamíferos. Los fármacos biológicos que se usan en reumatología son anticuerpos monoclonales o proteínas de fusión que inhiben o bloquean la acción de alguna molécula o célula que juega un papel importante en el desarrollo de la artritis.
- Fármacos sintéticos Dirigidos11: estos fármacos se han desarrollado con la capacidad de dirigirse muy específicamente a moléculas particulares bien definidas, para bloquear o estimular los procesos alterados que encontramos en las enfermedades reumáticas. Actúan como los FAMEs atenuando la respuesta inmune e inflamatoria el sistema inmunológico provocando una inmunomodulación de carácter más intenso actuando sobre mecanismos tanto efectores como reguladores.
Se usan para el tratamiento de las enfermedades reumatológicas inflamatorias y metabólicas óseas de etiología autoinmune.
Estos fármacos FAME “sintéticos dirigidos” son, por ejemplo, los inhibidores de la vía JAK-STAT12.
1 - Aprendiendo a convivir con la Artritis Reumatoide. Sociedad Española de Reumatología; 2017. Pg: 7/8/9/15/16 Consultado en julio de 2021
2 - Sivera F, et al. Estado, control, impacto y gestión de síntomas actual de la artritis reumatoide en el paciente: encuesta nacional AR 2020. Reumatol Clin. 2020;16:1-34 y dossier http://www.conartritis.org/wp-content/uploads/2021/01/20200819_DOSIER-ENCUESTA_compressed.pdf
3 - Armas Rodríguez WE, Alarcón Medina GA, Ocampo Dávila FD, Arteaga CM, Arteaga Paredes PA. Artritis reumatoide, diagnóstico, evolución y tratamiento. Rev cuba reumatol [Internet]. 2019 [citado el 23 de junio de 2021];21(3). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1817-59962019000300013
4 - Druce KL, Jones GT, Macfarlane GJ, Basu N.Patients receiving anti-TNF therapies experience clinically important improvements in RA-related fatigue: results from the British Society for Rheumatology Biologics Register for Rheumatoid Arthritis.Rheumatology (Oxford).2015;54(6):964-71.
5 - Craig ET, Orbai A-M, Mackie S, Bartlett SJ, Bingham CO III, Goodman S, et al. Advancing stiffness measurement in rheumatic disease: Report from the stiffness special interest group at OMERACT 2018. J Rheumatol. 2019;46(10):1374–8.
6 - Cáliz Cáliz,R. Enfermedades reumáticas y alteraciones del sueño. Vigilia-sueño. 2005; 17: 113-115.
7 - Coskun Benlidayi I. Sleep impairment: an obstacle to achieve optimal quality of life in rheumatoid arthritis. Rheumatol Int. 2018;38(12):2183–92.
8 - Sivera F, et al. Estado, control, impacto y gestión de síntomas actual de la artritis reumatoide en el paciente: encuesta nacional AR 2020. Reumatol Clin. 2020;16:1-3
9 - https://www.ser.es/wp-content/uploads/2019/03/Informacion_pacientes_AR.pdf consultado agosto 2021
10 - Carretero M. Tratamiento de la artritis reumatoide. Offarm. 2001;20(3):180–3.
11 - https://inforeuma.com/tratamientos/tipos-de-tratamientos/fame-sinteticos-tratamientos/ Consultado agosto 2021
12 - Castañeda S, González-Álvaro I. Novedades en el panorama terapéutico de la artritis reumatoide. Reumatol Clin. 2017;13(2):63–5.